18 restaurantes en Galicia para celebrar el Día de la madre
Escrito por Quetecomo.es Miércoles 22 octubre 2014
- Prestigio: más de cincuenta años con sus respectivas celebraciones en bodas, banquetes, comuniones y bautizos, nos hacian denotar que cuando en un restaurante se han celebrado tantos eventos de suma importancia, nos avala su buen hacer culinario.
- Amplio aparcamiento; dónde todos nuestros familiares, amigos, y los fotógrafos, podrían aparcar sin ningún problema, ya que el restaurante Casa Seijo dispone de un amplio aparcamiento en la Avenida de Madrid, enfrente de uno de los grandes concesionarios de Vigo como es el de Citroen.
- Buena ubicación. Algunos piensan que estar apartado del centro, supone un grave incordio para nuestros asistentes, aspecto que descartamos ya nuestros familiares están próximos en autovía Vigo-Porriño, ya sea otra ciudad distinta de Vigo.
- Amplios salones. Deciros que con una capacidad de más de 300 comensales, la falta de espacio y la sensación de estar muy pegados en la mesa, no se da en este restaurante familiar.
- Extras de la casa. A veces, por muy paradójico que resulte, disponer de profesionales que han permanecido a lo largo de los tiempos en un restaurante, cuando celebaramos una boda o reunión formal ó informal, la respuesta de los que obtenemos por ejemplo, de los camareros de sala, es rápida y concisa, ya que no se precisa formar a los trabajadores extra de las características, ubicaciones de los productos o los servicios más demandados.
- Cocina tradicional gallega. ¿Por qué deberíamos probar una cocina creativa cuando lo más deséabamos era elegir un tipo de cocina que le gustara también a cada uno de los asistentes, incluyéndose a nuestros abuelos más lejanos?. Deciros que probar unas vieras gallegas, elaboradas con un desgladado de vino Albariño en un horno tradicional, unos percebes gallegos, unas navajas de la Ría, un bogavante gallego, unas almejas, una centolla, un buey, percebes, cigalas, se convierte en una necesidad acorde a la celebración que queríamos transmitir como novios. También nos habían hablado del sabor de su enorme tabla de quesos, de sus brochetas de jamón ibérico y cherry, de sus cazuelitas con gulas y gambas con refrito de ajos ó su flamante rollito de jamón y cherry. Ahora bien, como platos principales, una merluza de pincho con tienas gambas ó una paletilla de cordero harían inundar nuestra cabaeza de buenos propósitos.
Por último, como no, hablar de sus postres artesanales, como destacaba su presentación de sus perlas al melón al vino de Oporto, brochetas dulces de fresa, o las brochetitas de piña del Monte con queso.
- ¿Zona para niños?. Sí, por favor, necesitábamos un espacio único y no separado de dónde se celebraría nuestra boda. El restaurante Casa Seijo, al margen de ofrecernos un Menú infantil específico para ellos, nos proponía una sabia decisión al poder disponer de mesas cuantas necesitáramos para que los más pequeños, pudieran dibujar, pintar, dando rienda suelta a su sabia imaginación, y cuando necesitaran estar cerca de una zona, disponer de una zona exclusiva dónde tendrían pequeñas golosinas para ellos, llamado el 'Candy-Bar'; un lugar diseñado sólo para ellos.
- La decoración para bodas del restaurante. Nos habían dicho que la decoración de nuestra boda, podrámos hacerla nosotros mismos, es decir, le indicaríamos al restaurante qué es y lo que no queríamos ver decorado en nuestra celebración. Pero acto seguido, nos preguntamos por qué no confiar en el arte de ideas que desprende Bea del restaurante Casa Seijo. ¿Por qué no dejarnos guiar por su pasión cuando se pone al frente de cada pequeño detalle que por mucho que apreciamos, no podamos percibir?, ¿por qué no elegir tal vez, sus centros de flores de acorde a colores vivos y intensos de nuestras sillas ó mesas?, ¿por qué no ver el carro de los novios dónde nos podríamos dar nuestro primer beso delante de todos nuestros invitados bajo una memorable melodía que se desprende de su equipo de música?. Y por qué no llegar al restaurante bajo un lecho de rosas blancas o rojas con candelabros llenos de diminutas velas ante la mirada de nuestros invitados. Y qué decir de sus fuentes de agua natural, o la riqueza de sus flores que inunda nuestra celebración. O mismamente, poder ver elementos característicos de nuestra Galicia, como elementos artísticos gallegos, o la casa del búho.
Deciros, por último, que no os contaremos más detalles de nuestra boda, hay momentos de nuestra vida, que anhelamos que sean únicos. Posiblemente, dentro de 25 o 50 años, recordaremos de nuevo nuestro gran momento en nuestra vida en el restaurante Casa Seijo en Vigo
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